martes, 14 de abril de 2009

Impacto Crisis Financiera Global en la Economía Dominicana

Esta es la crisis financiera más grande, no solo que yo haya vivido, sino que a mí me parece que es la de mayor magnitud, la más complicada o compleja y la más global que ha habido en años anteriores. Carlos Slim

Por Tony Rodríguez
Redactor Senior

Un colmado en República Dominicana es un centro de expendio de alimentos, dulces, refrescos, productos para la higiene, entre otras cosas.
Es casi el equivalente de una bodega en El Bronx o una pulpería en Guanacaste, comunidad costarricense fronteriza con Nicaragua.
Una suma significativa del salario de un obrero de la Zona Franca Santiago o de un dependiente de la Falconbridge en Bonao, va a parar semana tras semana a la caja registradora o la cajón del colmadero, pulpero o bodeguero.
En los primeros meses del año 2008, la economía dominicana registraba números satisfactorios para las autoridades de turno.
El turismo estaba estable, el dólar a una tasa controlada y una campaña electoral que repartía dádivas en todos los rincones del país. Cualquier información que contradijera el bienestar del que hablaban los oficialistas era considerado retórica de los opositores al gobierno reeleccionista.
A nivel internacional, China estaba en pleno apogeo productivo conquistando nuevos mercados y siendo el referente mundial de la competitividad.
Los países productores de petróleo hacían su agosto con los altos precios, mientras el mundo pobre albergaba esperanzas en las conclusiones de una cumbre alimentaria.
El presidente dominicano, Leonel Fernández, propuso la creación de un fondo especial que aportarían los países aventajados para ayudar a los desventajados no productores de petróleo.
De Estados Unidos llegaban noticias de una crisis inmobiliaria que empujaba a los bancos a embargar propiedades.
Los efectos de la posguerra en Irak y la crisis inmobiliaria afectaban los intereses del Partido Repúblicano de mantener el control de la Casa Blanca, mientras la propuesta de un cambio esperanzador daba ventajas a Barack Obama, inclusive, contra los intereses de su rival demócrata Hilary Clinton.
Los despidos en las fábricas protegidas por la ley de Zonas Francas afectaban a familias de la Línea Noroeste, Puerto Plata y Santiago, los colmaderos de Cienfuegos y Ensanche Espaillat y los propietarios de edificios de pensiones en todos los barrios de Santiago perdían clientes. Nuevos motoconchistas y chiriperos se sumaban a la economía informal por efecto de la recaída de las industrias textiles. La ruta M comenzó a perder pasajeros, la delincuencia creció.
En Bonao, el cierre "temporal" de la Falconbridge, motivado por la disminución de los precios del ferroníquel provocó un similar estado de úlcera económica y frustración social.
El presidente Fernández evitó males peores al mitigar con un subsidio especial a las zonas francas, que duró hasta mayo. Resolvió conceder algunas pensiones a obreros cesanteados de la Falconbridge y ayudó a otros con sumas de dinero para contener la presión social que amenazaba con empañar su gestión.
Lo que desconocían los colmaderos, los obreros cancelados y la población llana era que el país estaba siendo castigado por una crisis financiera internacional, que apenas comenzaba a sentirse.
Los representantes de los países ricos se pelearon en la Cumbre Alimentaria en Italia, igual lo hicieron en la Cumbre de Energías Alternativas en Suramérica, dejando clara evidencia de que no había sinceridad en proponer soluciones a problemas graves para la humanidad.
El precio internacional del arroz aumentó significativamente, mientras en el país se decretaron rebajas en los precios de este cereal, en los huevos y en la carne de pollo.
El gobierno llegó a sacrificarse para congelar los precios de los combustibles con fines electoreros.
Una gran expectativa había por los juicios contra varios banqueros tildados de corruptos, y la banca nacional se daba golpes en el pecho exhibiendo el saneamiento logrado.
Todo estaba a control de los estrategas oficialistas, el presidente Fernández era la diferencia frente a un PRD que era sinónimo de bancos quebrados, economía en crisis, corrupción e incapacidad.

LA VERDAD OCULTA
Un detalle más de una estrategia exitosa, los medios de comunicación estaban copados de propaganda oficial que daba cuenta de los logros del gobierno, catapultado por el estreno del Metro de Santo Domingo. Además, los cheques publicitarios hacían que productores de radio y televisión percibieran las bonanzas de una economía que era más que la propia.
La verdad oculta era que lo que estaban sintiendo los obreros despedidos de las zonas francas y de la Falconbridge eran los efectos de una crisis financiera con característica de huracán categoría 5 que más temprano que tarde habría de hundir nuestra débil economía.
Nisiquiera las autoridades que hacían magías por ocultar la verdad de la crisis que se advertía, podían adivinar la magnitud de los malos augurios con que se estrenaría el gobierno a iniciarse el 16 de agosto de 2008.

CORRUPCION AL GARETE
Algunos escándalos desviaron la atención del país a la crisis. La muerte de siete colombianos en una operación tumbe, que después se comprobó que vinculaba a personal de la Marina de Guerra, las denuncias del senador de Peravia, Winton Guerrero, vinculando al narcotráfico, al sicariato, a la tramposería jurídica y a otras mañoserías al personal de la DNCD en Baní, al fiscal, al general de la Policía; todo esto desencadenó en un ambiente de indignación de la sociedad ante las denuncias irrefutables de corrupción en las Fuerzas Armadas, en la Policía Nacional y en la Justicia.
Más casos se presentaron, el asalto a Parmalat por una banda encabezada por un mayor de la Fuerza Aérea Dominicana, los procesos contra 25 policías de la dotación de Bonao acusados de tener vínculos con el narcotráfico, de sicarios y corruptos; similar proceso contra 31 agentes policiales en Puerto Plata, y para colmo, el Poder Ejecutivo indultando a una banquera corrupta y a los delincuentes del transporte. Un retrato de un Estado minado por la corrupción.

IMPACTO DE LA CRISIS
Joseph Stiglitz, premio Nóbel de Economía y exvicepresidente del Banco Mundial, vaticinó el efecto devastador de la globalización a los países pobres del planeta, pero se quedó corto, la globalización se ha vuelto contra los financistas de Wall Street, contra las corporaciones internacionales y contra los tesoros estatales de Tokio, Londres y Washington.
Pero no nos desviemos del tema. En Argentina, fue noticia a principios de este año, la queja de las trabajadoras sexuales porque el negocio estaba en crisis. ¿Por qué esta revelación del mal tiempo para las prostitutas en Argentina interesa en este ensayo? Es que no es secreto que para nuestro país el componente remesas es vital en la economía. Es realidad que desde Vancouver hasta La Patonia, o en diagonal distinta, desde Haití hasta Suiza mujeres dominicanas producen divisas que generosamente calientan los calderos y llenan los estómagos de miles de familias nuestras.
Por eso y por otras razones como la debacle del desempleo en Estados Unidos es que el Fondo Monetario Internacional alerta que las remesas han de descender en 2009 en República Dominicana.
No obstante los malos augurios que el propio FMI vaticina al país, este mantiene su rol de vigilancia para que no se descuiden los pagos de capital e intereses de la deuda externa.
Esa presión accesoria a la crisis impide que el gobierno pueda estimular la creación de nuevos empleos, atender las demandas de reparación de calles y caminos vecinales de distintas comunidades y reajustar el salario de los médicos.
En conclusión, el impacto que ha tenido la crisis financiera global en la economía dominicana es como al de la mujer que ha salido del salón y le agarra el aguacero sin sombrilla en el camino.
Salimos orondos de unas elecciones en las que la democracia fue la gran ganadora, pero la gripe que teníamos se convirtió en pulmonía.
Una crisis empeorada por la falta de previsión, por la corrupción, la impunidad, la priorización de obras no prioritarias y ahora por una población que empieza a desesperarse encendiendo llantas por todas partes, en demanda de obras a un gobierno que ha demostrado ser abundante en retórica, desbordado en comprometer los ingresos públicos en designaciones de personal innecesario para el Estado y a la vez muy limitado en posibilidades de inversión en las obras que demandan las comunidades.

1 comentario:

zorro dijo...

Un saludo especial, señor Aurelio. usted debe reparar el titular de su trabajo sobre el seguro de Senasa que dice Senana. Felicidades colego.